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sábado, 25 de julio de 2015

Sol de otoño


Un día, de repente, te das cuenta de que tus proyectos no se ajustan con las estaciones. De que  son sólo eso: proyectos desajustados. Descubres el placer de remover la tierra con las manos desnudas, y de plantar tomates en invierno… si no hubiera un tiempo para tomates. Y de que eres feliz a pesar que siempre te creiste desgraciado.
Un día, de repente, te plantas en el huerto a ver pasar las intenciones, a disfrutar ejerciendo de vegetal. Y gozas mientras esperas con deseo la tarde. Sabes que un cumplido es un acabado perfecto y que el sol de otoño no te ciega la vista aunque lo mires de frente.


Imagen: Damián (Avenida del Primer Viernes de Mayo)

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