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sábado, 28 de diciembre de 2013

Albert Camus

"Albert Camus"
Acuarela sobre papel
Damián, 2013
Canonizar a Camus en la ocasión oficiosa de su centenario es seguir empeñándose en lo que ni sus peores enemigos lograron cuando estaba vivo: domesticarlo, o en su defecto sepultarlo en la irrelevancia, o peor todavía, en el malentendido. Más de medio siglo después de su muerte, cuando las causas que más le importaron —la guerra de la independencia de Argelia, la revolución antisoviética en Hungría— ya están olvidadas, cuesta poco seleccionar unas cuantas frases suyas que suenen bien y ponerlas al pie de una de sus fotografías en blanco y negro para lograr un Camus confortable, que nos venga bien para legitimar nuestras posiciones o nuestros prejuicios. Seguro en su lugar del pasado, inmóvil en sus imágenes como un santo en una hornacina, leído por encima o citado de oídas, y desde luego desprendido de las controversias feroces que lo angustiaban y lo estimulaban, Camus queda solemne, indiscutible, irrelevante en el fondo, un escritor con madera de galán del tiempo en que los intelectuales salían en las fotos con un cigarrillo en la boca, fotogénico, eso sí, más fotogénico que ningún otro, ideal para pósters de librerías y portadas de suplementos literarios.

Antonio Muñoz Molina

viernes, 13 de diciembre de 2013

Lo que pudo ser y la traición impidió /2

Franco nunca tuvo oposición democrática, sólo de totalitarios y terroristas, PCE y ETA. El PSOE y UGT estuvieron 35 años de vacaciones y UCD era una amalgama de franquistas y oportunistas. Lo primero que hicieron CCOO y la resucitada UGT fue asegurarse subvenciones de lujo, exenciones de impuestos y todo tipo de chollos para vivir como rajás -desde políticas de empleo de miles de millones a comisiones del 8% en cientos de miles de ERE a costa del trabajador- con coches oficiales, viajes en primera clase, VISA oro, mariscadas… algo casi inimaginable.
En plena crisis del petróleo, estos irresponsables empezaron a promover huelgas para conseguir unas mejoras salariales imposibles -IPC+3 puntos-, un incremento de costes que arruinaría la productividad y nos llevaría a una situación crítica, utilizando además todas las ventajas laborales del sindicalismo de Franco, donde los trabajadores no podían ir a la huelga pero tampoco podían ser despedidos.
Esto llevó a España al borde del colapso, lo que hizo inevitable un Pacto de Estado. Se lo encargaron al mejor: Fuentes Quintana. El 25 de octubre de 1977, después de meses de preparación, presentó un paquete de medidas conocido como los Pactos de la Moncloa, que tuvo un éxito notable. Sin embargo, las reformas estructurales, esenciales para el crecimiento, chocaban con los intereses deshonestos de las oligarquías financieras y monopolistas y fueron rechazadas. Fuentes dimitió por ello.

sábado, 7 de diciembre de 2013

Excuse me

"Excuse me"
Acuarela sobre papel
Damián, 2013

Yo no he visto "Gomorra", ni he leído el libro. Pero un amigo la vio ayer y me ha contado hoy: la principal causa por la que los napolitanos se meten en la Camorra no es para ganar dinero, sino para ligar.