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sábado, 29 de agosto de 2009

Solo somos lo que hemos sido siempre


Es muy posible que aunque usted viva convencido de pertenecer a la clase media española, esté, después de todo, muy equivocado. Verá:
-Un total de 18,3 millones de españoles perciben unos ingresos brutos mensuales inferiores a los 1.100 euros, lo que representa el 63% de los trabajadores que desarrollan su actividad en España.
-En España existen 16,7 millones de asalariados que perciben un sueldo bruto anual inferior a 13.400 euros, mientras que la retribución media nacional se sitúa en 18.087 euros brutos al año.
-En España cerca de 1,6 millones de empresarios y profesionales que obtienen unos ingresos mensuales inferiores a 1.100 euros brutos, lo que representa cerca de las tres cuartas partes del total de los trabajadores por cuenta propia.
-Las cuatro comunidades con mayor población de España concentran más del 60% del total de asalariados 'mileuristas'. Así, Andalucía se sitúa a la cabeza con más de 3,4 millones, seguida de Cataluña (2,7 millones), Madrid (2,05 millones) y Comunidad Valenciana (1,9 millones).
(Datos extraídos de un estudio realizado por técnicos del Ministerio de Hacienda)
Puestas así las cosas no parece una locura decir que el crecimiento económico de los últimos años no nos ha hecho más ricos. Lo cual nos lleva a pensar que si los trabajadores no somos más ricos es por que la riqueza generada ha ido a parar a manos de otros que no pertenecen a la clase trabajadora. Es decir; seguimos siendo los de siempre, solo que ahora seducidos por los encantos del capitalismo y encadenados a la máxima de mantener, por encima de todo, un status que ni tenemos ni disfrutamos.

miércoles, 26 de agosto de 2009

El precio de la verdad

Cierto tipo, del que ahora no recuerdo su nombre, dijo una vez; “la verdad os hará libres”. Lo cierto es que probablemente tenía razón, pero se le olvidó añadir, por que él era muy de prontos y se pasaba con facilidad de una cosa para otra, que quien proclamase dicha verdad se ganaría la antipatía de sus semejantes. Lo cual es todavía más seguro que lo primero y le habría dado la totalidad de la razón. Pero no lo hizo. No añadió nada a tal afirmación. Por eso a nosotros, que somos tan nuestros para estas cosas, nos quedó una duda corrosiva. Por eso hemos tardado tanto en sopesar todo lo positivo y lo negativo de utilizar la verdad como tarjeta de visita. Por eso, se puede decir ahora, por primera vez y sin miedo a equivocarse demasiado, que la verdad nunca merece la pena. A fin de cuentas, el Estado ya garantiza la libertad y a nadie le cae bien un aguafiestas por mucha razón que lleve. ¿Verdad?

sábado, 15 de agosto de 2009

¡Oh, cielos!

Zaipi
"Carretera secundaria"
lápices de color

Sintió una mano atrevida que exploraba… y en seguida que su propia carne le hacía traición. Sintió que los soles se le adherían por todo el cuerpo.... Incendiándolo. Y no pudo más. Abrió los ojos.

sábado, 8 de agosto de 2009

Observaciones sobre esta partida II


Amón Non

Comprenderás, después de todo, que en este juego no caben reglas ni previsiones. Será nuestra partida una excepción. Será nuestra historia, de aquellas pocas que aun a sabiendas de su triste final, continúa teniendo sentido. Juego hoy y sobre el tablero apuesto mi vida y mi alma. Se que voy a perder, por que no puedo ganar, por que todos los movimientos los decides tú, pero no importa. Cuando todo acabe no esperaré nada.

sábado, 1 de agosto de 2009

Siempre te recuerdo, viejo










Ángela Rodríguez
"Rostro nº 12"
lápiz sobre papel


Cada surco en la piel será una ruta de acceso, un camino sin regreso y de retorno a las riberas del ocaso. Cada hueco heredero de un antiguo diente será un nuevo jalón hacia la nada. La mirada ya sin luz será el espejo del iris. La savia seca, cuarteada, de los labios, se tragará la carne a grietas. Como maligno hueco negro sideral en epidermis propia, succionaré mi vida, impotente, sin desearlo; y cual remiendos oscilarán al viento las hebras desteñidas de mi pelo y de mi pensamiento. Cada mancha en la tez, cada nuevo síntoma de colgajos ocupando el espacio de lo que antes fuera la tersura del cuello, de los brazos, y de mi cuerpo todo, será una huella sólida de la cercana evidencia del hasta siempre y la repatriación al polvo. Laxitud será lo que antes fue virilidad, el abandono ocupará el espacio de antiguas compañías. Un olor a objeto antiguo envolverá mi atuendo, se pondrá el tiempo amarillo sobre mi fotografía y entonces ya estaré listo para comenzar el viaje a la utopía.



Miguel Hernández