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miércoles, 24 de junio de 2020

OMS dice:

Cada año se producen hasta 650.000 defunciones por enfermedades respiratorias relacionadas con la gripe estacional, según nuevas estimaciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos, la Organización Mundial de la Salud y asociados para la salud mundial.

Esto revela un aumento respecto de la estimación mundial precedente, de 250.000- 500.000, que data de más de 10 años atrás y abarca todas las defunciones relacionadas con la gripe, incluidas las debidas a enfermedades cardiovasculares o diabetes. Las nuevas cifras de 290.000-650.000 defunciones se basan en datos más recientes, de un grupo más amplio y diverso de países, incluidos países de ingresos bajos y medianos, y excluyen defunciones por enfermedades distintas de las respiratorias.


domingo, 14 de junio de 2020

Un trozo de una maldita entrevista


¿Se debe limitar el esfuerzo para alargar la vida?

Es obvio y de sentido común que las especies, necesitan depurarse y autorregularse, manteniendo un equilibrio entre natalidad y la mortalidad. Los humanos, en ese sentido, no somos diferentes a otros animales.

No me ha contestado

Yo creo que sí, pero se lo diré de otro modo: es imperativo que empecemos a ser menos sobre el planeta.

Pero todo el mundo considera que el principal logro de la humanidad, es precisamente haber conseguido alargar la esperanza de vida.

No todo el mundo lo considera. La Agenda Global por ejemplo está proponiendo leyes que regulen la eutanasia, o lo que es lo mismo que se elimine la carga económica que supone la tercera edad para los maltrechos sistemas de pensiones de todo el mundo desarrollado. Yo creo que hay una alternativa más ética y es el control riguroso de la natalidad global. Y no estoy defendiendo cosas como la política del hijo único, sino el control de la natalidad; promocionarla allá donde sea necesario y inhibirla allí donde también sea necesario. Hoy en día ningún especialista serio niega que el hecho de no estar actuando en ninguno sentido provoca por un lado un envejecimiento acelerado de la sociedad occidental, con un sin fin de problemas derivados, y por otro un crecimiento desproporcionado de la población en el tercer mundo y por tanto a nivel planetario. Dejando a un lado las consecuencias medioambientales, la superpoblación es sin duda el peor problema, que como especie, vamos a tener que afrontar. Sin ánimo de parecer catastrofista, he de decir que de no tomar medidas, no cabe prever más que una consecuencia probable: escasez de recursos primarios en un plazo corto o medio y violencia por la obtención de los disponibles hasta una extinción, que en una primera fase puede ser selectiva, por criterios de raza o poder adquisitivo...

lunes, 8 de junio de 2020

El confinamiento como experimento totalitario


En países más libres que el nuestro crecen las críticas a esa reacción aturullada y miope llamada confinamiento, de brutales consecuencias sociales y económicas y cuya eficacia sanitaria a largo plazo se comienza a poner en duda. En palabras del profesor de biología de Stanford y Premio Nobel Michael Levitt, "cuando analicemos todos los datos, el daño producido por los confinamientos excederá enormemente cualquier beneficio".

Algunas críticas se centran en la enorme penuria económica que ya está causando. En efecto, aunque el gobierno crea que la economía es como un coche que se puede parar y arrancar de nuevo sin problema, no es así. En realidad, la economía se parece más a un sistema biológico que a una máquina, por lo que la privación brutal de actividad puede asimilarse a la anoxia, la falta casi total de oxígeno que conduce rápidamente a un deterioro orgánico irreversible: con igual celeridad, el parón económico produce un daño permanente e irreparable. Sin embargo, los mismos que no comprendieron el error de una semana de retraso en combatir la epidemia no comprenden el error de retrasar la vuelta a la normalidad: en una semana se perderán empleos que no se recuperarán, quizá, hasta dentro de una década. O quizá sí lo comprenden, en cuyo caso pretenden crear una sociedad empobrecida dependiente de la limosna de la casta gobernante. La llaman, creo, "renta mínima vital" (vital para mantener el poder, se sobreentiende).