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miércoles, 20 de julio de 2016

Kitsune


Una tarde la conoció en un vasto páramo y se casó con ella. Simultáneamente con el nacimiento de su hijo, Ono adquirió un cachorro de perro y a medida que crecía se volvía más y más hostil con la mujer del páramo. Ella suplicó a su esposo a que lo matara, pero él se negó. Un día el perro la atacó con tanta furia que ella perdió el coraje, se convirtió en loba, saltó el cerco y huyó.

"Tu puedes ser loba", Ono le respondía, "pero eres la madre de mi hijo y yo te amo. Regresa cuando puedas; tú siempre serás bienvenida".

Así cada tarde ella se escabulliría a la casa y dormía en sus brazos.