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lunes, 18 de enero de 2021

Cuento de invierno

 


Aquel año hubo navidad blanca y hacia la mitad de enero, por cuarta o quinta vez la nieve lo había cubierto todo. Hubo caos tras caos en las carreteras y en las grandes ciudades, cuya memoria colectiva prefirió ignorar que el frío y el hielo también formaban parte de su edulcorada realidad y que ningún privilegio capitalino podía eximirles de ese padecimiento. Por un primitivo sentido de la imitación y más que nada por la machacona contaminación mediática, el ambiente victimista se extendió a todos los lugares, incluso a aquellos donde los rigores del invierno eran un acontecimiento ineludible que no alteraba de forma sustancial el devenir cotidiano. El sol se dejó ver con cuentagotas durante semanas y las brigadas municipales, excepto las de aquellos lugares donde consideraron que aquel era un trabajo extra, no retribuido y muy penoso respecto a los días felices en los que servía dejar correr las horas, se afanaron una y otra vez en despejar las calles. 

1 comentario:

Moony-A media luz dijo...

Cuento de un tiempo cercano.