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sábado, 20 de junio de 2015

Mariela y el mal de amor XVII bis

 
Dadas las nueve y media, cada mañana tenía por costumbre hacer un receso. Me acercaba a desayunar al bar de Tony para encontrarme con Lucas Aguilar, hermano menor de Marquitos, también militante en el sector duro del ocio, con las dos Martas, con Blanca, que por fin había encontrado un simulacro de plaza de ATS en el centro de salud, y a veces con Walter; un pintor cubano, apolíneo y muy simpático del que no sabía nada; ni que pintaba, ni de donde salió, pero que formaba parte de nosotros como un hermano de leche.

Hablábamos y hablábamos. Algunos abandonaban al cabo reclamados por sus obligaciones aunque otros, a veces, siguiéramos hasta la hora de las cañas anteriores al inexcusable vermut en Casa Teo. Capaz de analizar con minucia los temas más prosaicos, me referí un día a ciertas morales relajadas del mundo, tomando de modelo la de Raúl Mercader, que por entonces ya se había sobrepuesto a la “pascualada”, sin rencor, pocas señales del encuentro y apenas una minusvalía del veinte por ciento en un brazo.

jueves, 4 de junio de 2015

Primavera azul



¡Y las demás! En tantos climas,
en tantas tierras siempre son,
si no pretextos de mis rimas
fantasmas de mi corazón.

En vano busqué a la princesa
que estaba triste de esperar.
La vida es dura. Amarga y pesa.
¡Ya no hay princesa que cantar!

Mas a pesar del tiempo terco,
mi sed de amor no tiene fin;
con el cabello gris, me acerco
a los rosales del jardín...

Rubén Darío, Canción de otoño en primavera (fragmento)