La icónica rubia del cine murió físicamente destrozada, de una sobredosis de Nembutal, estirada bocabajo en su cama.
Algunos de estos detalles que rodearon a la muerte de la icónica actriz ya los conocíamos. Pero otros -aunque pudieran imaginarse por su desordenada y solitaria vida en sus últimos años cuando su único contacto humano pendía del hilo telefónico de su psiquiatra Dr. Ralph Greenson- se desempolvan ahora. Sin duda un oportunismo que hace replantearse el derecho de estos profesionales a profanar la memoria e imagen que dejó en este mundo Norma Jean.