Ya se tenía que marchar, pero no por eso hizo mención de sumergirse.
Seguía sonriendo gozosa, sabedora de que se reunía por última vez con aquella
multitud enfervorizada, y dijo con su nueva voz, mucho más aterciopelada que la
que le conocíamos: “Los éxitos engendran más éxitos. Está claro que en mi
currículum faltaba algo verdaderamente único. Faltaba esto. Espero que, en
adelante todas estas experiencias, me ayuden a conseguir ser el gran referente de
todas vosotras”. Y por aplacar la explosión de histeria que provocaron sus
palabras, durante un largo minuto pidió calma con las manos. Al final,
puntualizó en un inglés entrecortado y lamentable, aunque de sobra efectista:
“We must understand that our superior condition generates this kind of
expectations."
(Hay que entender que nuestra superior condición genera esta
clase de expectativas)
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