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jueves, 16 de septiembre de 2010

Blanco como el carbón


Damián
"Mauritano" 2006
Sepia y pastel sobre papel

Aquella ciudad era una ciudad de blancos. Había venido siendo una ciudad de blancos desde su fundación, mucho antes de la llegada de los romanos; allá en el siglo tres antes de Cristo. Dios, pensó Akím, y lo seguirá siendo. Porque nosotros, los negros de esta ciudad, acabaremos siendo blancos. Aquí los negros se vuelven blancos. No hay otra solución posible.

1 comentario:

Alamut dijo...

El arte mimético del no ser diferente para sobrevivir .....
Besos