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viernes, 22 de enero de 2010

Beltrán, el Esquinazau



Antonio Beltrán Casaña, fue desde luego un hombre comprometido con su tiempo. Nacido en Canfranc (Huesca) en 1897, emigró a Nuevo México en busca de fortuna y allí ya se comprometió con la revolución mexicana llegando a participar en el asalto de la ciudad norteamericana de Columbus con las tropas de Pancho Villa. Perseguido por la justicia norteamericana, regresó a Europa durante la Primera Guerra Mundial, enrolado como voluntario en la Legión Americana que combatió en Francia.


En 1926 contrajo matrimonio en Jaca y poco después fijó su residencia en Francia, desde donde ambos partieron hacia Argentina en busca de trabajo, regresando a Jaca a finales de 1929. Allí se convirtió en uno de los principales personajes de la sublevación republicana protagonizada en la ciudad altoaragonesa por los capitanes Fermín Galán y García Hernandez el 12 de diciembre de 1930. Detenido por las tropas monárquicas junto a los militares sublevados, fue procesado y condenado a muerte, momento este en que se hace popular su apodo de “El Esquinazau”
El 14 de abril de 1937, es liberado con motivo de la proclamación de la Segunda República y nombrado por el nuevo gobierno como Administrador General del poblado de Los Arañones y administrador de la Estación internacional de Canfranc.
La sublevación de julio de 1936, le obliga a huir a Barcelona, a través de Francia, en compañía de ungrupo de jacetanos. Entretanto; su esposa y sus dos hijos, son detenidos en Jaca por los nacionales.
Regresa al Alto Aragón en agosto de 1936, para hacerse cargo del mando del “Grupo Alpino de Sabadell”, dependiente de la Generalidad de Cataluña y en febrero de 1937 pasa a mandar el batallón “Cinco Villas”, alcanzando además la jefatura de 72 Brigada Mixta de la 43 División. En septiembre de ese mismo año, ingresa oficialmente en el PCE.
En marzo de 1938, es ascendido a teniente coronel y dirige a la 43 División en su retirada hacia Bielsa,  lugar donde resistirá durante casi tres meses al ejército nacional, hecho conocido como “Bolsa de Bielsa”
Es trasladado a Moscú junto a otros oficiales republicanos por el PCE en abril de 1939 e ingresa en la Academia Superior del Ejercito Rojo, lugar donde permanece junto a su segunda compañera y donde en 1944 nace su hija Olga.
Designado por el partido, pasa a formar parte en 1946 de la guerrilla antifranquista y llega a dirigir el “Aparato de Pasos” del Pirineo Central.
Abandona tormentosamente el partido a finales de 1947, debido a sus críticas al PCE por la eliminación de varios camaradas y acto seguido sufre dos atentados por parte de sus antiguos compañeros, que además hacen correr el bulo de que Beltrán es en realidad un agente infiltrado de la NKVD soviética, lo que le vale ser detenido y deportado por las autoridades francesas a Córcega en 1950.
Liberado en 1952, regresa a Francia y pasa a colaborar con el gobierno republicano en el exilio. Actividad que en 1953 le obliga a huir a América Latina. Primero Brasil, luego Argentina y finalmente a México, donde es aceptado como exiliado político.
Indalecio Prieto acusaría a Beltrán de agente norteamericano infiltrado desde la época de su encarcelamiento en Córcega, acusación que nunca hizo suya en presidente en el exilio.
En México desempeñó diversos trabajos e incluso explotó un rancho, al que puso por nombre Canfranc, hasta su muerte en 1960 a causa de una dolencia gástrica.
A su entierro en el Panteón Español en México, asistieron diversas personalidades en el exilio.

Fuente: Antonio Gascón Ricao (www.sbhac.net)
Fotografías: (www.sbhac.net)




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