Oroel, el monte sagrado, y el monasterio nuevo y el monasterio viejo de San Juan de la Peña. Un paisaje para comenzar la andadura de este Reino de Aragón como un grupo de gentes amantes de la libertad frente a las agresiones de los ejércitos enemigos, que pretendían quitarles la tierra y los derechos de sus mayores. Todo allá por la década del año 730. Es un paisaje que nos hace sentirnos más aragoneses y herederos de esas gentes que apostaron por vivir con dignidad o morir con valentía. Más de mil años nos han marcado el camino y es hora de que recuperemos la grandeza de ser aragoneses por que somos los herederos de esta gente y no porque se nos ha concedido este derecho de ser aragoneses en ninguna ley, producto de acciones políticas modernas. Yo soy aragonés porque vivo en esta tierra y me siento feliz de ser heredero de todas esas generaciones que, hace mil años, ya comenzaron a luchar por construir un futuro mejor en libertad.
Vamos a no olvidarlo.
Domingo Buesa Conde
Antonio García Omedes (foto)
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