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jueves, 26 de septiembre de 2019

Mejores personas

Come insectos, son el alimento del futuro. No contaminan, no contribuyen al cambio climático, son sanos, son sostenibles, son moralmente superiores. Te hacen sentir mejor persona. 
"Está ampliamente aceptado que los insectos proporcionan nutrientes comparables a la carne y el pescado". Lo dice la ONU. "Ampliamente aceptado". Conoces la noticia porque la has leído en la CNN y la CNN siempre dice la verdad. Newtral confirmará el dato en breve. Lo hará después de consultar con una youtuber de veintidós años licenciada en Estudios de Género. También es vicepresidenta del Parlamento autonómico navarro, republicana, independentista, localista, universalista, nacionalista, socialista, simpatizante de ETA y veraneante en Ibiza. ¿Cómo no creerla a ella también? 
Gusanos, larvas y saltamontes son un gusto adquirido. También son baratos de producir, pero finge que no has leído esto. ¡En México los consideran un manjar! Qué exótico es México. Tienen golosinas picantes y de los puentes cuelgan narcos. Donald Trump es un fascista. ¿Has probado el nuevo helado de EntoMilk? EntoMilk, joder, deberías conocerlo. Suena a algo que podría comer Cristiano Ronaldo en el descanso de la final de la Champions. 

El EntoMilk es un sucedáneo de la leche. Se obtiene de las larvas de la mosca negra soldado. Tiene un sabor ligeramente terroso, pero no contiene lactosa ni gluten ni carbohidratos ni azúcares. Es el Soylent Green del siglo XXI. También es urban friendly zero greenhouse gas emissions. Lo hemos creado con la ayuda de la Cape Peninsula University of Technology. Es el alimento de los nuevos urban bohemian woken antifa. 

Los insectos serán las hostias sagradas de tu nueva religión. Les haremos fotos con filtros de Instagram hasta que mueras por hacerte un selfie con un puñado de hormigas culonas colombianas en la boca. Traga y calla. 

¿Cómo? ¿Qué los insectos aún no te parecen apetitosos? Espera a que los derramemos sobre el culo de Kim Kardashian en el nuevo editorial de portada de Vogue. Amazon te llevará hasta tu domicilio los terrarios en los que tú mismo los criarás. Cuando quieras darte cuenta, hará meses que no comes carne. Tampoco tus hijos, aunque a ellos los odias, así que se jodan. 
Tampoco te la podrás permitir porque al incentivo de la superioridad moral habremos añadido el del precio. Por tu bien, subiremos el IVA del pollo y de la ternera hasta que sólo nos los podamos permitir nosotros y aquellos colectivos beneficiados por el Gobierno con un vale de carne semanal. Entre los cuales no estarás tú. Por privilegiado. ¿Sientes tu privilegio? ¿Lo sientes? Eso es porque eres un puto nazi. Deberías sentirte culpable. 

Tu privilegio también reducirá tu cuota de emisiones anuales toleradas. Olvídate de viajar más allá de tu provincia. Por tu huella de CO2. Tu coche diésel está prohibido, ¿recuerdas? ¿El avión? Ni lo sueñes: esos precios no serán para ti. A no ser que quieras viajar de pie.
 
Tampoco sueñes con vivir en un barrio con un índice de criminalidad menor que el de Tijuana. Eso no es para ti. Eso es sólo para mí. Si te agreden, o te roban, o te violan, o tienes la mala suerte de ser asesinado y abandonado bajo un camión en una calle de Barcelona, no saldrás en las noticias. Entiéndenos: hemos de proteger a los criminales de tu racismo. 

A cambio, empoderaremos a tus hijos. Si es que te permitimos tenerlos: los niños contribuyen al calentamiento global. Los convertiremos en pequeños tiranos con un ego desaforado. Los educaremos en saberes imaginarios para que se rebelen contra agravios que sólo existen en su imaginación. Serán paranoicos de todos los miedos. 

También serán expertos en maguferías feministas, ecologistas y socialistas que declamarán con orgullo de lunático. Mientras esperan a que el mundo descubra su talento, le servirán sandwiches de aguacate a las elites que han podido permitirse colegios privados. El contraste entre las expectativas de su ego y la realidad de sus capacidades les convertirá en resentidos cargados de odio y amargura. 
Pero habrá valido la pena porque tu hijo habrá sido educado en un sistema educativo no memorístico, no jerárquico, soplapollas, equidistante y sin notas ni presiones. También sin resultados, pero no se puede tener todo. Ese es tu sacrificio. Es el precio de un sistema educativo igualitario que produce asnos. ¿Has pagado ya por él? Quizá deberías pagar más. Los impuestos son buenos. 

Suena bien, ¿verdad? Llevamos años vendiéndote esta mierda. Te la venden estrellas de cine, caciques de la ONU, periodistas sin obra, mamones de la teta del Estado y presentadores de telebasura. Los sacerdotes de la nueva religión laica. Laicos mis cojones.

Lo hacen en vídeos grabados en sus mansiones, pero nunca frente a su piscina. Su riqueza es magia y revelar el truco haría que perdiera la gracia. O, peor aún, que despertaras del coma. Así es más fácil convencerte de que tus impuestos sirven para aliviar esas injusticias que jamás impactan en sus barrios o en sus vidas, sólo en tu barrio o en tu vida. ¿Cuándo fue la última vez que les viste tomarse un café en tu calle?

Recuerda el nombre del producto: "socialismo". ¿No te dan ganas de comprarlo? Observa la magia de sus heces en forma de melena.

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