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lunes, 25 de abril de 2011

Ingrávida

Ramón Ventura
"Nocturna"
Óleo sobre lienzo 

Hacía tanto tiempo que vivía en su mundo sin suelo, que se había olvidado de la pesada carga de la gravedad. Tan liviana se sentía que creyó que en su propia lividez residía el secreto de su inmensa felicidad, de su nueva espiritualidad e incluso de su muy acrecentada belleza. No volaba, ni tampoco había experimentado la necesidad de hacerlo, simplemente movía los pies y su cuerpo se desplazaba de un lugar a otro sustentado por el propio aire. Comentaba, a menudo,  que dormir y amar sobre un lecho etéreo era la más sublime de las sensaciones y animaba a cualquiera a deshacerse de tabúes y probarlo sin compromiso, aunque sabía de sobra que en su pequeño mundo no había sitio mas que para unos pocos, por lo que forzosamente habrían de ser los pocos elegidos que ya pertenecían a él. A veces, para seguir pareciendo humana, se concedía hablar de los pequeños inconvenientes cotidianos y entonces, entres risas, se preguntaba por la incierta suerte de los objetos que caían de sus manos y se perdían para siempre. Todavía no había comprendido que lo que experimentaba no era otra cosa que el vértigo que produce la caída libre y que aquel punto oscuro, tan mono y tan gracioso, que cuando miraba para abajo veía crecer, no era un lejano cristal de Swarovski, simplemente era el fondo del abismo.

3 comentarios:

martinealison dijo...

Une peinture qui m'enchante... J'aime la manière qu'évolue votre jeune femme au premier plan...
Bises

Javier Muñiz dijo...

Hola, bello blog,íntimas y profundas entradas,si te gusta la palabra infinita, la poesía, te invito al mio,será un placer,es,
http://ligerodeequipaje1875.blogspot.com/
gracias, buen lunes lunero,besos con salero..

Felipe Postigo dijo...

Todo un honor tanta alabanza. Especialmente por venir de ti.
Gracias Martin.


Gracias también a ti, Vito, por los halagos.
Ahora mismo me paso por tu blog.

Besos y abrazos para ambos