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domingo, 25 de octubre de 2009

Mujeres, utopías y otras inquietudes

Los hombres guapos son egoístas, engreídos y superficiales.

Los hombres que pueden presumir de ser buenas personas, son siempre feos.

Los hombres guapos y de buenos sentimientos, son homosexuales o están tan amarrados que resultan una causa imposible.

Los hombres guapos, libres, modestamente buenos y razonablemente hombres, creen que no somos lo suficientemente guapas para ellos.

Los hombres buenos y modestamente guapos, no tienen dinero o si lo tienen; tienden a pensar que este es el motor de nuestros sentimientos.

Los hombres guapos y sin dinero, han puesto sus ojos en el nuestro.

Los hombres sensibles a nuestra belleza personal, prudencialmente buenos y ricos, son unos cobardes o unos tímidos que nunca tomarán la iniciativa.

En definitiva: Los hombres modestamente guapos, relativamente ricos, razonablemente heterosexuales, aceptablemente valientes, suficientemente sensibles a nuestros encantos, medianamente buenos y admisiblemente inteligentes; puede que, al final, resulten estar perdidamente enamorados de una lagarta que no les hace caso, o simplemente; puede que no existan.

En este estado de cosas… ¿Cómo lidiar con ellos o como dejar de hacerlo?

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