¿Sabían ustedes que ser caderona, obediente, pasiva, tontita y de andar gracioso, es garantía de feminidad al cien por cien? Pues si, de la misma manera que tener las tetas pequeñas, el paso largo, el pelo corto o poca afición a los quehaceres domésticos, es un signo evidente de padecer graves trastornos. Al menos si has tenido la poca dicha de haber nacido mujer.
Aunque no lo crean, eso, entre otras sandeces, es lo que dice, o decía, el naturópata holandés afincado en Barcelona, Adrián Vander.
Aunque no lo crean, eso, entre otras sandeces, es lo que dice, o decía, el naturópata holandés afincado en Barcelona, Adrián Vander.
Menos mal que al mismo tiempo este buen señor también tuvo la deferencia de tratar de tranquilizarnos en la medida de lo posible y añadió aunque fuera a pie de página: todo se puede curar con el tratamiento adecuado.
-¿Pero todo, todo?
-Todo
-¡Ah! Siendo así... me deja mucho más tranquila. Además, fíjese y ahora que lo dice; eso de curar trastornos y otros desórdenes ya me sonaba de algo.
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