*Art. 1.* Todo dueño de esclavos deberá instruirlos en los
principios de la religión Católica Apostólica Romana para que puedan ser
bautizados si ya no lo estuvieren, y en caso necesidad, les auxiliará con agua
del socorro, por ser constante que cualquiera pueda hacerlo en tales
circunstancias.
*Art. 2.* La instrucción á que se refiere el artículo anterior
deberá darse por las noches después de concluir el trabajo, y acto continuo se
les hará rezar el rosario ó algunas otras oraciones devotas.
*Art. 3.* En los domingos y fiestas de ambos preceptos, después
de llenar las practicas religiosas, podrán los dueños o encargados de las
fincas emplear la dotación de ellas por espacio de dos horas en asear las casas
y oficinas; pero no mas tiempo, ni ocuparlos en las labores de la hacienda á
menos que sea en las épocas de recolección, ó en otras atenciones que no
admitan espera, pues en estos casos trabajarán como en los días de labor.
*Art. 4.* Cuidarán bajo su responsabilidad que á los esclavos
ya bautizados que tengan las edades necesarias para ello, se les administren
los sacramentos cuando lo tiene dispuesto la Santa Madre Iglesia, o
sea necesario.
*Art. 5.* Pondrán el mayor esmero y diligencia posible en
hacerles comprender la obediencia que deben á las autoridades constituidas, la
obligación de reverenciar a los sacerdotes, de respetar á las personas blancas,
de comportarse bien con las gentes de color, y de vivir en buena armonía con
sus compañeros.
*Art. 6.* Los amos darán precisamente á sus esclavos de campo dos
ó tres comidas al día como mejor les parezca, con tal que sean suficientes para
mantenerlos y reponerlos de sus fatigas, teniendo entendido que se regula como
alimento diario y de absoluta necesidad para cada individuo seis ú ocho
plátanos ó su equivalente en buniatos, ñame, yucas y otras raíces alimenticias,
ocho onzas de carne ó bacalao, y cuatro onzas de arroz ú otra menestra o
harina.
*Art. 7.* Deberán darles también dos esquifaciones al año en
los meses de Diciembre y Mayo, compuestas cada una de camisa y calzón de coleta
ó rusia, un gorro ó sombrero y un pañuelo; y en la de Diciembre se les añadirá
alternando, un año una camisa ó chaqueta de bayeta, y otro año una frazada para
abrigarse durante el invierno.
*Art. 8.* Los negros recién nacidos ó pequeños, cuyas madres
vayan á los trabajos de la finca, serán alimentados con cosas muy ligeras como
sopas, atoles, leche ú otras semejantes, hasta que salgan de la lactancia y de
la dentición.
*Art. 9.* Mientras las madres estuvieren en el trabajo,
quedarán todos los chiquillos en una casa ó habitación que deberá haber en
todos los ingenios ó cafetales, la cual estará al cuidado de una ó mas negras
que el amo ó mayordomo crea necesario según el número de aquellos.
*Art. 10.* Si enfermasen durante la lactancia, deberán entonces
ser alimentados á los pechos de sus mismas madres; separando á estas de las
labores ó tareas del campo, y aplicándolas á otras ocupaciones domésticas.
*Art. 11.* Hasta que cumplan la edad de tres años deberán tener
camisillas de listado, en la de tres á seis podrán ser de coleta; á las hembras
de seis á doce se les darán sayas o camisas largas, y á los varones de seis á
catorce se les proveerá también de calzones, siguiendo después de estas edades
de orden de los demás.
*Art. 12.* En tiempos ordinarios trabajarán los esclavos de
nueve a diez horas diarias arreglándolas el amo del modo que mejor le parezca.
En los ingenios durante la zafra ó recolección serán diez y seis las horas del
trabajo repartidas de manera que les proporcionen dos de descanso durante el día,
y seis en la noche para dormir.
*Art. 13.* En los domingos y fiestas de ambos preceptos, y en
las horas de descanso los días que fueren de labor, se permitirá á los esclavos
emplearse dentro de la finca en manufacturas ocupaciones que cedan en su
personal beneficio y utilidad, para poder adquirir peculio y proporcionarse la
libertad.
*Art. 14.* No podrá obligarse á trabajar por tareas á los
esclavos varones mayores de sesenta años ó menos de diez y siete; ni á las
esclavas, ni tampoco se empleará á ninguna de estas clases en trabajos no
conformes á su sexo, edades, fuerza y robustez.
*Art. 15.* Los esclavos que por su avanzada edad ó por
enfermedad no se hallen en estado de trabajar, deberán ser alimentados por los
dueños, y no podrán concederles la libertad para descargarse de ellos á no ser
que les provean de peculio suficiente á satisfacción de la justicia, con
audiencia del Procurador Síndico para que puedan mantenerse sin necesidad de
otro auxilio.
*Art. 16.* En toda finca habrá una pieza segura destinada para
depósito de los instrumentos de labor, cuya llave no se confiará jamás a ningún
esclavo.
*Art. 17.* Al salir para el trabajo se dará a cada esclavo el
instrumento de que haya de servirse en la ocupación del día, y tan luego como
regrese se les recogerá y encerrará en el depósito.
*Art. 18.* No saldrá de la hacienda esclavo alguno con ningún
instrumento de labor, y menos con armas de cualquiera clase, á no ser que fuere
acompañando al amo ó mayordomo, ó á las familias de estos, en cuyo caso podrá
llevar su machete y no mas.
*Art. 19.* Los esclavos de una finca no podrán visitar a los de
otra sin el consentimiento expreso de los amos ó mayordomos de ambas; y cuando
tengan que ir á finca ajena ó salir de la suya, llevarán licencia escrita de su
propio dueño ó mayordomo con las señas del esclavo, fecha del día, mes y año,
expresión del punto á que se dirijan y término porque se les ha concedido.
*Art. 20.* Todo individuo de cualquiera clase, color y
condición que sea está autorizado para detener al esclavo que encuentre fuera
de la casa ó terrenos de su amo, sino le presenta la licencia escrita que debe
llevar, ó presentándola advierte que ha variado notoriamente el rumbo ó
dirección del punto á que debía encaminarse, ó que está vencido el término por
el cual se le concedió y le deberá conducir á la finca mas inmediata, cuyo
dueño le recibirá y asegurará dando aviso al amo del esclavo si fuere del mismo
partido; ó al pedáneo para que oficie á quien corresponda á fin de que pueda
ser corregido el fugitivo por la persona á quien pertenezca.
*Art. 21.* Los dueños o mayordomos de fincas, no recibirán
gratificación alguna por los esclavos prófugos que aprehendieren ó les fueren entregados
á virtud de lo dispuesto en el artículo anterior, en atención a ser un servicio
que recíprocamente se deben prestar los hacendados y redunda en su privativa
utilidad. Los demás aprehensores serán remunerados por el amo del esclavo con
la cuota de cuatro pesos señalada por la captura en el reglamento de
cimarrones.
*Art. 22.* Tendrá el amo que satisfacer además los de gastos de
alimento, curación si hubiere sido necesario hacerla, y lo demás que previene
el mismo reglamento de cimarrones.
*Art. 23.* Permitirán los amos que sus esclavos se diviertan y
recreen honestamente los días festivos después de haber cumplido con las
prácticas religiosas; pero sin salir de la finca, ni juntarse con los de otras,
y haciéndolo en lugar abierto y á la vista de los mismos amos, mayordomos ó
capataces, hasta ponerse el sol á toque de oraciones y no mas.
*Art. 24.* Se encarga muy particularmente á los dueños y
mayordomos la mas exacta vigilancia para impedir el exceso en la bebida y la
introducción en las diversiones de los esclavos de otra finca y de otros
hombres de color libres.
*Art. 25.* Los amos cuidarán con el mayor esmero de construir
para los esclavos solteros habitaciones espaciosas en punto seco y ventilado
con separación para los dos sexos y bien cerradas y aseguradas con llave, en
las cuales se mantendrá una luz en alto toda la noche; y permitiéndoselo sus
facultades, harán una habitación aislada para cada matrimonio.
*Art. 26.* A la hora de retirarse á dormir (que en las noches
largas será á las ocho, y en las cortas á las nueve) se pasará lista á los
esclavos para que no queden fuera de su habitación sino los guardieros, de los
cuales uno deberá destinarse para vigilar que todos guarden silencio y dar
parte inmediatamente al amo ó mayordomo de cualquier movimiento de los mismos
compañeros, de las gentes que llegaren de fuera, ó de cualquier otro
acaecimiento interesante que ocurriere
*Art. 27.* Asimismo habrá en cada finca una pieza cerrada y
asegurada con la división oportuna para cada sexo y otras dos además para los
casos de enfermedades contagiosas, donde serán asistidos los esclavos que
cayeren enfermos por facultativos en los casos graves, y por enfermeros ó
enfermeras en los males leves en que solo se necesita de remedios caseros pero
siempre con buenas medicinas, alimentos adecuados y con el mayor aseo.
*Art. 28.* Los enfermos á ser posible, serán colocados en camas
separadas, compuestas de un jergón, estera o petate, cabezal, manta y sábana, ó
en un tablado que preste el desahogo suficiente para las curaciones de los
individuos que en él se reúnan, pero siempre en alto.
*Art. 29.* Los dueños de esclavos deberán evitar los tratos
ilícitos de ambos sexos fomentando los matrimonios: no impedirán el que se
casen con los de otros dueños, y proporcionarán á los casados la reunión bajo
un mismo techo.
*Art. 30.* Para conseguir esta reunión y que los cónyuges
cumplan el fin del matrimonio, seguirá la mujer al marido comprándola el dueño
de éste por el precio en que se conviniere con el de aquella, y sí no á justa
tasación por peritos de ambas partes y un tercero en caso de discordia, y si el
amo del marido no se allanare á hacer la compra, tendrá acción el amo de la
mujer para comprar al marido. En el evento de que ni uno ni otro dueño se hallaren
en disposición de hacer la compra que le incumba, se venderá el matrimonio
esclavo reunido á un tercero.
*Art. 31.* Cuando el amo del marido comprare la mujer deberá
comprar también con ella los hijos que tuviere menores de tres años, en razón á
que según derecho hasta que cumpla esa edad deben las madres nodrescerlos y
criarlos.
*Art. 32.* Los amos podrán ser obligados por las justicias á
vender sus esclavos cuando les causen vejaciones, les den mal trato ó cometan
con ellos otros excesos contrarios á la humanidad y racionales modos con que
deben tratarlos. La venta se hará en estos casos por el precio que tasaren
peritos de ambas partes, ó la justicia en el caso de que alguno de ellos
rehusare hacer nombramiento, y en tercero en discordia cuando fuere necesario,
pero si hubiere comprador que quiera tomarlos sin tasación por el precio que
exija el amo, no podrá la justicia impedir que se haga la venta á su favor
*Art. 33.* Cuando los amos vendan sus esclavos por conveniencia
o voluntad propia, estarán en libertad de hacerlo por el precio que les
acomode, según la mayor ó menor estimación en que los tuvieren.
*Art. 34.* Ningún amo podrá resistirse á coartar sus esclavos
siempre que se les exhiban al menos cincuenta pesos á cuenta de su precio.
*Art. 35.* Los esclavos coartados, no podrán ser vendidos en
mas precio que el que se les hubiere fijado en su última coartación y con esta
condición pasarán de comprador á comprador. Sin embargo, si el esclavo quisiere
ser vendido contra la voluntad de su amo sin justo motivo para ello, ó diere
margen con su mal proceder á la enajenación, podrá el amo aumentar al precio de
la coartación el importe de la acaballa y los derechos de la escritura que
causare su venta.
*Art. 36.* Siendo el beneficio de la coartación personalísimo,
no gozarán de él los hijos de las madres coartadas, y asi podrán ser vendidos
como los otros esclavos enteros
*Art. 37.* Los dueños darán la libertad á sus esclavos en el
momento en que les apronten el precio de su estimación legítimamente adquirido,
cuyo precio en el caso de no convenirse entre sí los interesados se fijará por
un perito que nombre el amo de su parte ó en su defecto la justicia, otro que elegirá
el Síndico Procurador general en representación del esclavo, y un tercero
elegido por dicha justicia en caso de discordia.
*Art. 38.* Ganarán la libertad y además un precio de quinientos
pesos el esclavo que descubra cualquiera conspiración tramada por otro de su
clase ó por personas libres para trastornar el orden público.

Cuando la denuncia tuviere por objeto revelar una
confabulación, ó el proyecto de algún atentado de esclavo ú hombre libre contra
el dueño, su mujer, hijo, padre, administrador ó mayoral de la finca, se
recomienda al dueño el uso de la generosidad conque el siervo ó siervos que
también han llenado los deberes de fieles y buenos servidores, por lo mucho que
les interesa ofrecer estímulos á la lealtad.
*Art. 39.* El precio de la libertad y el premio á que se
refiere el párrafo primero del precedente artículo, serán satisfechos del fondo
que ha de formarse de las multas que exijan por las infracciones de este
reglamento ó de cualquier otro de los que pertenecen al gobierno.
*Art. 40.* También adquirirán los esclavos su libertad cuando
se les otorgue por testamento, ó de cualquier otro modo legalmente justificado,
y procedente de motivo honesto o laudable.
*Art. 41.* Los esclavos están obligados á obedecer y respetar
como á padres de familias, á sus dueños, mayordomos, mayorales y demás
superiores y á desempeñar las tareas y trabajos que se les señalasen, y el que
faltare á alguna de estas obligaciones podrá y deberá ser castigado correccionalmente
por el que haga de jefe en la finca según la calidad del defecto ó exceso, con
prisión, grillete, cadena, maza ó cepo donde se les pondrá por los pies y nunca
de cabeza, ó con azotes que no podrán pasar del número de veinte y cinco.
*Art. 42.* Cuando los esclavos cometieren excesos de mayor
consideración, ó algún delito para cuyo castigo o escarmiento no sean
suficientes las penas correccionales de que habla el artículo anterior, serán
asegurados y presentados á la justicia para que con audiencia de su amo si no
los entrega a la noxa ó con la del Síndico Procurador si los entregase ó no
quisiese seguir el juicio se proceda á lo que haya lugar en derecho; pero en el
caso de que el dueño no haya desemperado o cedido a la noxa el esclavo, y este
fuere condenado á la satisfacción de daños y menoscabos a un tercero, deberá
responder el dueño de ellos, sin perjuicio de que al esclavo delincuente se le
aplique la pena corporal ó de otra clase que merezcan el delito.
*Art. 43.* Solo los dueños, mayordomos o mayorales podrán
castigar correccionalmente á los esclavos con la moderación y penas que quedan
prevenidas, y cualquier otro que lo hiciere sin mandato expreso del dueño ó
contra su voluntad, le causare otra lesión ó daño, incurrirá en las penas
establecidas por las leyes, siguiéndose la causa á instancia del dueño ó en su
defecto á instancias del Síndico Procurador, como protector de esclavos, si el
exceso no es de aquellos que interesen á la vindicta pública, ó de oficio si
fuere de esta última clase.
*Art. 44.* El dueño, encargado ó dependiente de la finca que
deje de cumplir ó infrinjan cualquiera de las disposiciones contenidas en este
reglamento incurrirán por la primera vez en la multa de veinte á cincuenta
pesos, por la segunda de cuarenta á ciento, y por la tercera de ochenta á
doscientos; según la mayor ó menor importancia del artículo infringido.
*Art. 45.* Las multas serán satisfechas por el dueño de la
finca ó persona que fuere culpable de la omisión ó infracción, y en caso de no
poderlas satisfacer por falta de numerario sufrirá un día de cárcel por cada
peso de los que importe la multa.
*Art. 46.* Si las faltas de los dueños ó encargados de regir la
esclavitud en las fincas fueren por exceso en las penas correccionales causando
á los esclavos contusiones graves, heridas ó mutilación de miembros ú otro daño
mayor, además de las multas pecuniarias citadas, se procederá criminalmente
contra el que hubiere causado el daño á instancia del Síndico Procurador ó de
oficio para imponer la pena correspondiente al delito cometido, y se obligará
al dueño á vender el esclavo si hubiere quedado útil para el trabajo ó á darle
la libertad si quedase inhábil y á contribuirle con la cuota diaria que
señalase la justicia para manutención y vestuario mientras viva el esclavo,
pagaderas por meses adelantados.
*Art. 47.* Las multas se aplicarán en esta forma, una tercera
parte de su importe á la justicia ó pedáneo que la imponga y las dos restantes
al fondo que ha de formarse en el Gobierno político de cada distrito, para los
casos de que trata el art. 38, á cuyo fin se entregarán bajo recibo á la Secretaría de aquel.
*Art. 48.* Los Tenientes de Gobernador, justicias y pedáneos
cuidarán de la puntual observancia de este Reglamento, y de sus omisiones ó
excesos serán inevitablemente responsables.
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