– ¿por qué un Dios amoroso permite que existan el dolor y el sufrimiento? – los teístas de las tradiciones Occidentales frecuentemente invocan la defensa del "libre albedrío". Dios quiere que seamos verdaderamente libres y dicha libertad necesita del mal. Así, tenemos la opción de elegirlo o rechazarlo.
Sin embargo, este argumento por sí solo no puede dar respuesta al problema del mal, ya que no puede explicar la existencia de los males naturales. Adicionalmente, uno puede argumentar que el comportamiento humano tampoco es completamente libre. La manera en que una persona actúa y piensa esta innegablemente influenciada por su entorno y educación – También que nuestra naturaleza es producto del condicionamiento y circunstancias. Pero quizá la objeción más importante es que, de acuerdo a las creencias de las religiones monoteístas, los humanos siempre enfrentaremos este dilema bajo la presión del chantaje.
De acuerdo a sus ponentes, Dios ha ofrecido una opción a los humanos: aceptarlo, o rechazarlo. La gente que decide lo primero va ascender a los Cielos el día en que muera, donde van a recibir un premio infinito. La gente que decida rechazarlo va a condenarse en el Infierno, donde recibirán un castigo infinito.
– en realidad este es el intento más grande de chantaje que uno pudiera imaginar- Dios se comporta como el asaltante en el callejón oscuro apuntandonos con una pistola. Claro está, uno podría teóricamente negarse a entregarle la cartera y el reloj, pero nadie dudará que esa chulería le valdría la condenación eterna. Es decir; Dios ofrece una segunda opción, que no es opción ni es nada.
Naturalmente los cristianos, siguiendo su tradición de negar lo obvio, argumentan que esto no es chantaje; que Dios no manda a nadie al infierno, que de hecho quiere salvarnos de aquel destino, y que es la gente que vive sus vidas desafiando su ley quien elige.
...otra falacia absurda. Tan absurda como la del comunista que justificara: Stalin no manda a nadie al Gulag. Son aquellos que han endurecido su corazón en contra de él quienes se mandan al Gulag a través de sus actitudes burguesas y contrarrevolucionarias. Que este no era el plan de Stalin. Que él realmente quiere que todos vayan al Paraíso del Obrero. Que le duele que tanta gente endurezca sus corazones contra él. Y que sin embargo no guiará a nadie al Paraíso de los Obreros en contra de su voluntad, pues tal es su respeto por el libre albedrío.
En la Biblia está escrito que la gente no "decide" ir al Infierno – ellos son enviados por Dios. Por ejemplo, Mateo 13:41-42, dicho por Jesús:
"Enviará el Hijo del hombre sus ángeles y cogerán de su reino todos los escándalos, y los que hace iniquidad, Y los echarán en el horno de fuego: allí será el lloro y crujir de dientes"
O La segunda epístola a del apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 1:7-8:
"… el Señor Jesús del cielo con los ángeles de su potencia, en llama de fuego, para dar el pago a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo…"
Ninguna de estas descripciones suena mucho a decisión libremente aceptada por parte de los condenados. Los ángeles "cogerán de su reino" a la gente que ofendió a su señor y "los echarán" en un horno de fuego. Jesús vendrá "en llama de fuego, para dar el pago…." Ambos textos insinúan que es una decisión consciente y también unilateral, pero sólo por parte de Dios, lo cual nos lleva una vez más al punto de partida: Dios no valora nuestra libertad, sino nuestro sometimiento incondicional .
En definitiva, el "chantaje divino" es un ejemplo más de cómo funciona la mentalidad compartida: Stalin sería (al menos en un mundo justo) juzgado por crímenes de guerra y genocidio. Sin embargo, no cabe esa posibilidad con Dios, ni aun habiendo actuado a una escala mucho mayor.
Obviamente demasiada gente ha sido adoctrinada desde su nacimiento para considerar que cuando se trata de Dios, todo nuestro criterio en materia de justicia es inviable. "Después de todo," razonan, " no tenemos derecho a juzgarlo"
No hay comentarios:
Publicar un comentario