Translate this site

domingo, 9 de octubre de 2011

Recuerdos de la Casa Oriente / Don Simón

Ángela Rodriguez
"Hombre bajo la lluvia", 2007
Grafito y pastel sobre papel

Vivía en un viejo chalé del aire modernista, con dos perrazos asesinos, una sirvienta filipina y su nonagenaria señora madre. Pero pasaba la mayor parte del  día en su despacho de abogado, donde presumía, sin ninguna clase de recato, de ser más maleable que el mismo plomo. Afirmación que generó en el pueblo no pocas opiniones contrarias a su profesionalidad, capacidad y decencia. No obstante, y quizás por una mera cuestión de casta y apellido, lo cierto es que nunca le faltaron clientes.
La noche.... La noche era un asunto bien distinto: cenaba en casa y después salía a tomar un par de copas. Es verdad que frecuentaba el Casino, como todos los señores de posición, pero sobre todo frecuentaba los clubes nocturnos. En especial aquellos tres o cuatro más cutres y sórdidos de todas la provincia, donde había conseguido aunar en una sola corriente de opinión, todas las sentencias que sobre él circulaban. Las fulanas, por unanimidad aplastante, aseguraban que nadie, entre todos los puteros conocidos, la tenía más pequeña y tontorrona que Pichina

No hay comentarios: