Reencontramos el paraíso perdido muy lejos de las sórdidas pensiones y las casas de huéspedes, en un pequeño apartamento que Marie alquilaba por pura confianza y por un precio muy razonable, durante el tiempo que le costaba hacer las compras para la semana y tomarse un café por ahí. Esto último, claro, era gentileza de la casa.
Imagen: Carlos 1994
2 comentarios:
rara la imagen! me llamo la atencion
un abrazo
Parece una dama del pasado me encanto
Felicitaciones
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