
Aquel día amaneció sin nubes. Hacía viento y apenas quedaba nieve sobre los campos. Recuerdo a un caminante, octogenario e infatigable conversador, que me hizo compañía; me habló de la ciudad, de su condición de cuna del Reino de Aragón, de su gran ciudadela, magníficamente conservada, pero mal situada estratégicamente a causa de la especulación inmobiliaria del siglo XVI, de la sublevación de los capitanes Galán y García y del consejo de guerra, presidido por el general Franco, que les condenó a muerte, de una bomba de la aviación republicana que en enero de 1937 mató a un vecino mientras trabajaba en el campo, apenas a cincuenta metros de donde nos encontrábamos nosotros… ¡En fin! Apasionante, pero hacía tanto frío aquella mañana que me dolían los dedos y no sentía las orejas ni…
Imagen: Damián (Acuarela sobre papel, 2003)