Los hombres guapos son egoístas, engreídos y superficiales.
Los hombres que pueden presumir de ser buenas personas, son siempre feos.
Los hombres guapos y de buenos sentimientos, son homosexuales o están tan amarrados que resultan una causa imposible.
Los hombres guapos, libres, modestamente buenos y razonablemente hombres, creen que no somos lo suficientemente guapas para ellos.
Los hombres buenos y modestamente guapos, no tienen dinero o si lo tienen; tienden a pensar que este es el motor de nuestros sentimientos.
Los hombres guapos y sin dinero, han puesto sus ojos en el nuestro.
Los hombres sensibles a nuestra belleza personal, prudencialmente buenos y ricos, son unos cobardes o unos tímidos que nunca tomarán la iniciativa.
En definitiva: Los hombres modestamente guapos, relativamente ricos, razonablemente heterosexuales, aceptablemente valientes, suficientemente sensibles a nuestros encantos, medianamente buenos y admisiblemente inteligentes; puede que, al final, resulten estar perdidamente enamorados de una lagarta que no les hace caso, o simplemente; puede que no existan.
En este estado de cosas… ¿Cómo lidiar con ellos o como dejar de hacerlo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario