Cierto tipo, del que ahora no recuerdo su nombre, dijo una vez; “la verdad os hará libres”. Lo cierto es que probablemente tenía razón, pero se le olvidó añadir, por que él era muy de prontos y se pasaba con facilidad de una cosa para otra, que quien proclamase dicha verdad se ganaría la antipatía de sus semejantes. Lo cual es todavía más seguro que lo primero y le habría dado la totalidad de la razón. Pero no lo hizo. No añadió nada a tal afirmación. Por eso a nosotros, que somos tan nuestros para estas cosas, nos quedó una duda corrosiva. Por eso hemos tardado tanto en sopesar todo lo positivo y lo negativo de utilizar la verdad como tarjeta de visita. Por eso, se puede decir ahora, por primera vez y sin miedo a equivocarse demasiado, que la verdad nunca merece la pena. A fin de cuentas, el Estado ya garantiza la libertad y a nadie le cae bien un aguafiestas por mucha razón que lleve. ¿Verdad?
1 comentario:
muy acertado e ingenioso. Me gusta este blog
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