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jueves, 29 de enero de 2015

¿Te acuerdas? II

Damián, 2014
"El 600 blanco"
Acuarela en papel

Tendido en esta playa que no reconozco, he vuelto a sentirme acosado por los recuerdos. Me he sorprendido hablando con migo de aquel hijo que se te murió y que tenía los mismos años que el mío, cuando nos encontrábamos de padrazos recientes en los agostos de Seat 600, paga del 18 de Julio y veraneo en Benidorm. Los dos de prestado y sin un duro, en otra playa; tú en el apartamento que te había dejado alguien, yo en el de mis suegros, y nos citábamos en el Hotel California o entre las costillas de aquel barco varado llamado Garito de Manuel, según el cartón colgado en lo que quedaba del lado de babor

jueves, 8 de enero de 2015

Contar y cantar

Damián, 2015
Acuarela sobre papel

Reconozco que desde adolescente me conmueve su poesía, la profundidad de su mensaje y hasta su postura política. En definitiva, confieso que por muchas razones me emocionan sus canciones, aunque eso no signifique que esté de acuerdo con todo aquello que cuenta y no canta. No es grave. No pasa nada. Me ocurre también con otra gente a la que de todos modos sigo viendo, escuchando o leyendo con cierto deleite. En su caso particular, diré, por decir, que desde el principio tuve la sensación de que goza de un afilado sentido de la oportunidad, incluso que huele casi tanto a mercado como a arte del bueno. 

En fin; si convenimos que los fans son aquellos seres capaces de perdonar cualquier cosa a sus ídolos, entonces yo no me declaro fan de Serrat, aunque siempre me encandile cuando canta y a veces me haga reír un poco cuando cuenta.

viernes, 2 de enero de 2015

Los vectores que rigen el Mundo



JOSÉ JAVIER ESPARZA


Desde hace años, todo lo que está ocurriendo en la escena internacional viene determinado por tres vectores de fuerza principales. Sin ellos, es imposible entender nada de cuanto sucede a nuestro alrededor.

Primer vector, que es el dominante: el proyecto norteamericano de construir un orden mundial regido por los principios que Washington determina. Normalmente se traduce, en la prensa occidental, en algo así como “democracia global”. Es una forma de verlo. Más apropiado sería concebirlo como un espacio único de libre comercio bajo una única regulación política, con las consiguientes implicaciones en el terreno social y cultural. Un solo mundo y un solo poder hegemónico. Esta idea del One World es un clásico del pensamiento norteamericano desde los tiempos fundacionales y está en la base de la propia naturaleza de los Estados Unidos como nación. Su traducción contemporánea es el proyecto mundialista que Washington abandera sin recato y que la Unión Europea –a veces a regañadientes- secunda. Kaplan lo llama “el orden liberal”. Esto ya no es la vieja “defensa de Occidente” que caracterizó a los años de la guerra fría. Estamos en un escenario nuevo donde la identidad propiamente occidental, en términos de cultura, ha quedado completamente al margen.